| La isla de los muertos. Arnold Böckiln |
Mientras
preparábamos nuestro viaje a Berlín hubo muchas discusiones. Ángel insistía en
visitar todos los museos posibles. El resto quería acotar a los más importantes
para poder hacer actividades más variadas. Ángel insistía e insistía.
Pero
cuando llegamos al destino, los días pasaron rápido y las cervezas y la cama se
apoderaron de nosotros. Está claro que aprovechamos bien los días pero aquella
propuesta del futuro arqueólogo (Ángel) de visitar 5 museos por día quedo de
lado.
El
último día, el más duro pero el que mejor tiempo hizo, decidimos pasarlo en la “Isla
de los museos”. Tres fueron los museos visitados. El primero, de obligada
asistencia, fue el de Pérgamo donde se encuentra dicho altar. En él empleamos
mucho tiempo. La mitad esperando. Tras dos horas un miembro de nuestro grupo no salía y empezamos a preocuparnos. Su afición por tomar cosas prestadas podía haberle
jugado una mala pasada. Y sinceramente no me veía explicando en alemán en el
aeropuerto porque llevábamos un trozo del altar de Pérgamo en el abrigo.
Pero
nuestro arqueólogo no encontró su tesoro en el museo de Pérgamo sino en la
pinacoteca Alte Nationalgalerie. Ángel se prendió del cuadro de Arnold Böckiln “La
isla de los muertos”. Tanto se prendió que hasta me lloró para que le diera una
postal con la imagen del cuadro. Una obsesión que casi podríamos comparar con
la que tenía por esta pieza el señor Adolf.
P.D. Con
estas palabras no quiero comparar a mi amigo Ángel con Hitler sino dar a
conocer este cuadro y apuntar el dato curioso de la gran obsesión que tuvo el
alemán con esta pieza Oli, espero que a tí tampoco te siente nada mal.
Claudia B.
Igual Angel en otra vida... Por eso ahora es judío, para compensar xD
ResponderEliminarjajajaja, Oli +1
EliminarClau, dile a Ángel que le presto mis gafas rojas y que visite mi entrada: El paisaje...una mirada a través del tiempo.
ResponderEliminarY luego....seguimos hablando del cuadro.
Bss